Ahora que los entornos de trabajo híbridos son lo habitual, parece lógico basarse en un espacio centralizado, como una plataforma de gestión del trabajo. Pero a medida que los miembros del equipo almacenan más ficheros en la nube, acabarán preguntándose: «¿quién tiene acceso a nuestros datos? ¿Están seguros?». Estas preguntas son legítimas, y los equipos merecen